jueves, 7 de marzo de 2013

¿Cuándo aprenderé?

Ilusa, tonta, creída. ¿Por qué a veces tendré esa maniática necesidad de abrirme frente alguien? ¿Para qué? Sí al fin y al cabo me terminan pisoteandome. Como de costumbre, como siempre. ¿Cuándo aprenderé? Uno piensa en su frágil mente que encontrará ayuda, apoyo incondicional, un compañero en quien descargar sus angustias. Y voy viendo como mis amigas lo encuentran, aquel hombre. Y yo sigo acá. No digo que no sea mi culpa. Sé que me cierro a algunas posibilidades. Pero aquellos "Posibles" como los llamarían Flor, Belu, y Lara, no me atraen lo suficiente. No puedo estar/ salir con un hombre si no me siento al borde de la locura por él. Me parece en vano. Inútil. Más si ya conozco a dicha persona hace un tiempo y sé de por si que no me provoca nada. Tiene que haber cierta atracción física importante, una conexión que yo sienta. Eso cuando mirás a alguien y quedas medio pelotudo. Y lo triste es que solo me pasó de forma fuerte, imponente, y creo que sin retorno... Con Resucitar. ¡Bien por mí! Hombre en pareja con hijo. ¿Algo mejor no podía pedir, cierto? La verdad es que ni lo pedí. Llegó solo, tan natural, con su risa desbordando por los pasillos. Me contagié de esa risa. Y cuando lo veo río de una forma diferente. No como antes de estar enferma. Era una risa que no me conocía. Me río desde adentro. Mis amigas me dicen que haga algo, que le hable. Y yo no puedo. Mi consciencia dice NO. Ni pienso, ni planeo meterme en el medio de una familia. Esa no soy yo. Aunque sea un tortura verlo, una bella tortura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario